La catástrofe del libre mercado en tiempos Covid-19
por: Severino Sharupi
Queda claro que ante una emergencia sanitaria de alcance mundial como es el caso de la pandemia Covid-19, la mejor respuesta es la existencia de organización social que permita la construcción de un tejido social que estimule lazos solidarios entre las personas. A la par, de un sistema de salud universal, pública, fuerte y eficiente. Sin embargo, lo que predomina es el ‘sálvese quien pueda’ de la lógica del libre mercado, de lo que se desprende la conformación de sociedades desorganizadas e individualistas, y la salud pública como la última rueda del coche. Situación que sirvió de caldo de cultivo para el contagio y propagación de la pandemia.
Por concepto de manejo de la emergencia sanitaria, a nivel internacional podemos ubicar la propagación del virus en dos grupos de países. Por un lado, aquellos que han logrado enfrentar en mejores condiciones: China, Cuba y Rusia. China, el país con mayor población mundial (1) y epicentro de COVID-19 logró en doce semanas afrontar y contener la epidemia. Cuba es uno de los países con menos infectados en la región, su medicamento Interferón Alfa 2b se ha impuesto como uno de los medicamentos más efectivos contra el coronavirus, tanto así que hasta el momento 45 naciones lo solicitan, además, brigadas de médicos cubanos ofrecen ayuda a 12 países (2) alrededor del mundo. Rusia, hasta el momento, ha evitado el aumento drástico de enfermos por Covid-19. Además, asiste con ayuda a otros países
Por otro lado, están varios países de Europa y Estados Unidos que presentan un mayor índice de contagios por repuestas tardías del Estado y una sociedad distante de establecer relaciones solidarias entre sí. Hasta el momento, las potencias occidentales concentran el mayor porcentaje de infectados y occisos a nivel mundial. Es particularmente preocupante el caso estadounidense, pues su sistema de salud es el más caro del mundo y la falta de garantías laborales para los y las trabajadores ha incrementado el desempleo (3). Según estimaciones de Golman Sachs, “existirá desempleo sin precedentes” y la tasa de crecimiento será la más baja de los últimos 30 años, y el Washinton Post señala que “el declive será más agudo y doloroso que la crisis del 2008” (4).
La organización y el tejido social permite que fluya la información de manera inmediata, veraz y confiable tanto de arriba hacia abajo y viceversa, así, se puede organizar y efectivizar la solidaridad en tiempos difíciles. La organización, a su vez, prioriza la atención a los grupos más vulnerables y mitiga el golpe de la emergencia sanitaria y económica. Asimismo, los apoyos que provienen del gobierno central
podrían llegar con mayor rapidez y eficacia a los individuos, familias o comunidades. De esta manera se lograría optimizar los recursos humanos y económicos. En síntesis, la organización es la respuesta.
Una sociedad organizada y solidaria toma la iniciativa, se auto-gobierna de acuerdo a las necesidades del colectivo, se desprende del control de la máquina estatal que tiende a satisfacer las necesidades de los empresarios, recrea prácticas distintas a las impuestas por el disciplinamiento burgués, rompe el principio moderno que plantea que la represión y el miedo es la medida del orden. En definitiva, la organización y el poder popular construyen sociedad humana, que en casos de peligro, como la pandemia, sirven para una respuesta eficiente.
Un sistema de salud universal, pública, fuerte y eficiente podría responder de manera inmediata en el territorio nacional. Evitaría el caos y la incertidumbre, y atiende las necesidades de las familias más empobrecidas y salvaría las vidas que en este momento están perdiendo.
El ejemplo de una sociedad individualista y sometida al libre mercado se pudo en evidencia en Italia. A pesar de la disposición gubernamental reinó el quemeimportismo y no acataron la disposición de la cuarentena, que aunque demande mantener distanciamiento social, su cumplimiento está atravesado por un componente de corresponsabilidad con el resto de personas. Esto ha desencadenado un crecimiento exponencial de los enfermos y muertos por Covid-19. En cuanto al sistema de salud, Europa y Estados Unidos caminan por las sendas de la privatización, sobre todo en los últimos años en Europa con el desmantelamiento del Estado de bienestar (5), lo que limita el acceso a los sectores populares, más aún, en situaciones de emergencia. Adicionalmente, estos países carecen de un tejido social fuerte expreso en organizaciones sociales, por el contrario, se encargaron en desbaratar. Los Estados están gobernados por elites oligárquicas vinculadas a los grandes negocios privados, por lo tanto, prevalece el interés económico sobre lo humano.
En el Ecuador se puede evidenciar estas dos realidades. Por un lado, un sistema de salud débil e ineficiente, con poco presupuesto venido a menos desde la caída de los precios del petróleo y de las ganancias de los y las capitalistas desde el año 2014. Y un Estado, plegado a las necesidades de las élites económicas.
Por otro lado, una sociedad civil heterogénea. La Sierra, la Amazonia, sobre todo en el campo, y en ciertas partes de la ruralidad costeña, cuentan con un tejido social y organizaciones más o menos fuertes, por tanto, con una sociedad más solidaria que ha facilitado la contención del número de infectados por Covid-19. Las zonas más afectadas por el coronavirus han sido justamente aquellas en la que la correlación de fuerzas es más asimétrica, en donde las relaciones capitalistas se han profundizado, donde existe poca organización popular, en las que prima el sálvese quien pueda de la lógica del libre mercado. Es por eso que las estadísticas oficiales señalan que en la
Costa y especialmente en Guayaquil está el 75% de los infectados frente a un 25% en el resto del país (6). El particular, es que justamente en esta ciudad funciona el proyecto más exitoso de las clases dominantes del Ecuador: despliegue avasallador del capitalismo, y pocas posibilidades de respuesta popular organizada.
En síntesis, ante una pandemia las prácticas individualistas del “sálvese quien pueda” sólo agravan la situación de todos. Lo que nos queda es fortalecer el tejido social y organizativo, exigir al Estado un sistema de salud que garantice el derecho a la vida y que la crisis la paguen los ricos.
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1 Con 1.433 millones de habitantes.
2 12 países reciben ayuda de médicos cubanos para superar el covid-19 en https://actualidad.rt.com/actualidad/347962-paises-recibir-ayuda-medicos-cuba-mision
3 Las peticiones de ayudas por desempleo alcanzan un récord de 3,3 millones en Estados Unidos en una semana https://elpais.com/economia/2020-03-26/un-record-de-33-millones-de-trabajadores-entraron-en-las-listas-de-paro-en-estados-unidos-la-semana-pasada.html
4 https://actualidad.rt.com/actualidad/347090-eeuu-economia-desempleo-coronavirus-recesión
5 https://rebelion.org/desmantelamiento-del-estado-de-bienestar/
6 https://www.elcomercio.com/actualidad/balance-contagios-fallecidos-covid19-ecuador.html
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