Día 11 del paro nacional: día de negociaciones

Por Patricio Pilca

Foto: Conaie Comunicación

Los vítores y la algarabía tras la negociación del día de ayer duraron hasta muy tarde. El hecho mismo de la finalización del paro, era elemento suficiente para festejar, y es que después de estar 11 días en las calles, ya muchos estábamos agotados. La zozobra de los últimos días, donde la ciudad, abandonada parcialmente y militarizada, parecía un campo de guerra, era necesario que termine. Cada sonido fuerte se lo asemejaba a una bomba. Muchos en el parque El Arbolito ya corríamos por los rumores de que algo va a pasar, a veces engaños ilusorios que no llevaban más que rumores sin sentido.

Más allá de la nostalgia, quisiera colocar algunos elementos para el debate tras esa “victoria”. No con el ánimo de conspirar contra nada ni contra nadie, pero sí de mostrar como la negociación paso de las manos de los indígenas a las del gobierno.

Al mediodía del domingo 13 de octubre, Jaime Vargas, presidente de la Conaie, comunica a toda la gente que estuvimos en el Ágora de la Casa de la Cultura, que, tras intensos debates entre los diversos presidentes de las distintas organizaciones del movimiento indígena, acuerdan 5 puntos para la reunión con el gobierno en horas de la tarde. Los puntos eran los siguientes:

1.- Que el Gobierno antes de enviar a la Asamblea Nacional las reformas económicas anunciadas, primero las envié a la Corte Constitucional. En ese sentido, se pide que se respete el artículo 147 de la Carta Magna que menciona una obligación de respetar y hacer respetar la Constitución.

2.-Derogatoria del decreto 883

3.- Destitución de la Ministra del Interior, María Paula Romo, y de Osvaldo Jarrín, Ministro de Defensa.

4.- Amnistía y libertad de las/los hermanos que están en la cárcel por luchar en el paro, no solo los indígenas sino de todos los sectores sociales.

5.- No a la persecución de dirigentes nacionales, provinciales, regionales, de mujeres y de otros sectores sociales.

Estos eran los puntos que se iban a discutir y negociar con el gobierno.

Ya en la negociación, durante la primera parte fue evidente el dominio de los dirigentes indígenas, punto a punto se fueron colocando en la mesa de discusión las exigencias del movimiento indígena. Cabe recalcar que la mesa ya estaba viciada con jueces en contra, por tanto, con muchas posibilidades de dejar afuera algunos puntos que el movimiento exigía. Y eso se notó en dos maniobras que se hicieron al finalizar la primera parte de la negociación: primero convocar a una comisión integrada por personas de ambos bandos, y segundo, pedir 15 minutos de receso; dos estrategias que le permitieron al gobierno buscar nuevos caminos en la negociación. Los 15 minutos duraron dos horas.

Después de esas 2 horas, el coordinador residente de la ONU en el Ecuador, Arnaud Peral, lee los dos puntos de la negociación:

1.- Se deja sin efecto el decreto 883, para lo cual, se procederá de manera inmediata y según los procedimientos legales correspondientes para su emisión.

2.- Se procederá de manera inmediata a trabajar en la elaboración de un nuevo decreto que permita una política de subsidios, con un enfoque integral, que precautele que estos no se destinen al beneficio de personas de mayores recursos y a los contrabandistas, con criterios de racionalización, focalización y sectorialización.

Esto suponía que en la negociación de ambas partes apenas se tomó en cuenta medio punto de los 5 llevados por el movimiento indígena, el punto 2: derogar el decreto 883. Esto lo afirmó porque nunca el presidente dijo que iba a derogar del decreto, sino que se lo iba a cambiar, y en eso fue enfático Juan Sebastián Roldán, Secretario de la Presidencia, cuando volvió a decir que “hoy nos quedamos redactando un nuevo decreto”. Por tanto, de los 5 puntos planteados solo la mitad de uno fue acordado, el resto, los otros 4 y medio ni se los tocó.

Quizá solo así se pueda entender el momento en que Leonidas Iza se levantó a pedir la palabra, pero ya todos empezaron a levantarse y abandonar la sala. En las palabras se perdía lo que en las calles el mismo movimiento indígena había ganado, incluso puso hasta sus muertos.

En esa medida no sé si la victoria es con sabor a derrota o media victoria o media pérdida.

Basta mencionar, para finalizar, que nunca se dijo nada sobre los dos ministros asesinos, aún cuando Jaime Vargas, llamó la atención sobre ese punto hasta el final de la reunión. Y no renunciando los dos ministros empezará la persecución de los dirigentes nacionales, provinciales, regionales, de mujeres y de otros sectores sociales.

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Kapari Comunicación

Red de Comunicación Comunitaria Ecuador