No hay hechos aislados en el tráfico sistemático de las tierras comunales en las provincias de Guayas y Santa Elena. La colonización avanza desconociendo la posición ancestral de los territorios comunales huancavilcas, la acumulación por desposesión, la depredación ambiental y la precarización de la explotación del trabajador se activa en cada ola de privatización neoliberal. Indicadores de resistencia territorial son muchos, por citar algunos: Casas Viejas, Puerto El Morro, Safando, Chojon, Engabao, Montañita, Campo Alegre, Valdivia y demás que vendrán en la burbuja de la plusvalía del suelo, los empresarios inmobiliarios, acuícolas y pesqueros conjuntamente con los politiqueros y burócratas recién reposicionados saben cómo se hacen las cosas en el manso guayas.
La lucha social y tener abogados consecuentes ha sido la única salida a la ignominia pública y a la invisivilización mediática. Ahora, le tocó el turno a la Isla Puná. Walter Perez presidente de la Comuna Puna Vieja nos comenta, que no basta tener una EPS (Económica Popular y Solidaria) exitosa, hay grandes avances económicos, sociales y de infraestructura, el bienestar también ha causado el crecimiento de la población, por ello, el 17 de abril del 2015 siguiendo en plan de crecimiento territorial de la comunidad, solicitaron a la Secretaria de Tierras MAGAP que se declare de utilidad pública 150 hectáreas baldías y desocupadas que colindan con la comunidad, ya que la expansión de las 5.000 hectáreas de despojo históricamente privatizado por el Grupo Quirola ha estrangulado a la Comuna Puná Vieja condenándolos a un encierro en la que no se les deja crecer como población, pero a pesar de ya tener 3 años solicitando una resolución que les permita planificar de mejor forma el crecimiento de la comunidad.
Para asombro del dirigente, el MAGAP y la SubSecretaria de Tierras emitió el 12 noviembre 2018 una resolución a favor del Grupo Quirola, la cual se hizo efectiva el jueves 16 mayo, con el apoyo de 65 policías, en una primera avanzada de desalojo, al día siguiente, con el pueblo ya alertado, los trabajadores de la Asociación de Moradores de Puná Vieja, y la población de la comunidad recuperan las 150 hectáreas.
Por paradójico que parezca, ese mismo día la nueva Alcaldesa de Guayaquil, Cinthia Viteri sobrevolaba la isla en helicóptero, y encabezó una delegación que entregaría computadoras, tablets y pañaleras en la Isla Puná, al mismo tiempo en el que ocurría el segundo desalojo de los comuneros de Puná Vieja con más violencia que los dos días anteriores, ahora en compañía de comisario, fiscal y 50 policías, con el falso positivo de tratar a los dirigentes de la Comuna de Puna Vieja como invasores y piratas del golfo, desconociendo que son dirigentes legítimos y legales reconocidos por las mismas autoridades que hoy les persiguen.
El vocal electo Joffre Barreto y ex Presidente de la Junta Parroquial de Puná acompaña la lucha de las comunas afectadas por la arremetida de las invasiones de empresarios, nos comenta que lo que quiere el PSC es acabar con el modelo exitoso de una comuna productiva y que le ha dado a la Isla y el Golfo un ejemplo de dignidad en el trabajo y la organización comunal, cosa que en vez de aplaudir y apoyar, ahora se constituye en una traba para su crecimiento social y poblacional. La Comuna Puna Vieja se suma a las comunas violentadas por el abuso del poder en los tiempos salvajes de la vuelta al neoliberalismo en el país de Lenin Moreno y Jaime Nebot.
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