Dar soluciones a la pobreza de la gente no debería ser un asunto de buena o mala voluntad del gobierno de turno, sino de un proyecto político; y, lamentablemente, hasta ahora sólo vemos decisiones favorables a banqueros, importadores y grandes agroproductores. Por ello, el Consejo Ampliado de la CONAIE resolvió emprender una movilización nacional que llegará a Quito el próximo 14 de noviembre.
La Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), junto a sus organizaciones regionales y comunidades de base, resolvieron ocupar las calles, plazas y espacios públicos para exigir respeto a los derechos colectivos señalados en la Constitución. De manera particular, se exige que, en la implementación de proyectos extractivos dentro de territorios indígenas, se cumpla el mandato presentado el pasado 4 de julio de 2017, que incluye el respeto a la consulta previa e informada, y la protección a las zonas intangibles, que permita orientar hacia el cambio del modelo económico extractivo a un modelo económico alternativo, comunitario pensado en la protección de la Madre Tierra.
El Consejo Ampliado de la CONAIE, reunido en la ciudad de Macas, decidió encaminar una movilización nacional con acción territorial, que fue ratificada el 28 de septiembre en la provincia de Tungurahua durante su asamblea ordinaria.
Las acciones emprendidas fueron discutidas y se tomaron colectivamente, pese a que el movimiento indígena atraviesa un proceso de diálogo con un gobierno necesitado de base social para legitimar su administración. Hay ciertos indicadores que muestran la ineficacia de estas conversaciones, pues los problemas de las comunidades de base todavía se mantienen. En Cotopaxi, por ejemplo, a pesar de los múltiples intentos por mejorar el precio de la leche o el transporte comunitario, el problema persiste. Dar soluciones a la pobreza de la gente no debería ser un asunto de buena o mala voluntad del gobierno de turno, sino de proyecto político; y, lamentablemente, hasta ahora sólo vemos decisiones favorables a banqueros, importadores y grandes agroproductores.
La movilización nacional inició a finales del mes de octubre con la toma pacífica de las instalaciones del distrito de educación en Tena. De igual forma, el 4 de noviembre partió la marcha por el agua, la vida y contra la corrupción desde el sur, que se dirige a Quito para exigir el cese de la concesión de licencias para la explotación minera, petrolera e hidroeléctrica. Diferentes colectivos llegarán a la capital el próximo día 14. El 15 de noviembre se darán acciones a nivel nacional, así como en la capital, donde distintas nacionalidades y organizaciones de la costa y la Amazonía se sumarán en el marco de sus demandas locales.
Más allá de detallar o describir cada una de las acciones que se desarrollan tras esta convocatoria, lo que llama la atención es cómo la CONAIE aparece todavía como una organización que posibilita la movilización y que puede desestabilizar a los malos gobiernos. Como hijo del movimiento indígena es, en cierta medida, grato recibir este calificativo.
El gran levantamiento de los noventa marcó un antes y un después en la Historia del Ecuador. A partir aquel Inty Raymi, la CONAIE se posicionó como actor determinante para la política del país. Pese a posiciones individuales de algunos actores del movimiento indígena, el accionar del movimiento indígena ha tenido resonancia e importancia. Cabe señalar que sus principales demandas siempre tuvieron relación con las condiciones de explotación de los pueblos indígenas. Es más, la CONAIE emerge con el objetivo de pelear en contra de la desigualdad y violencia estructural, más no desde una posición etnicista.
La historia más reciente confirma que las acciones de hecho siempre serán necesarias para garantizar el respeto y cumplimiento de las demandas de los pueblos y nacionalidades. El movimiento indígena nunca dejará de luchar.
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