Desde la década de los sesenta, Chevrón-Texaco vertió más de 80.000 toneladas de residuos en la Amazonía ecuatoriana. Los campesinos y moradores se organizaron para demandar a la transnacional petrolera, logrando vencer en los juicios llevados a cabo en territorio nacional. Sin embargo, La Haya ha dado la razón a Chevron, y los damnificados temen que el gobierno negocie una solución favorable a la empresa.
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