A pesar de que el Senado argentino rechazó la Ley de interrupción voluntaria del embarazo, la marea verde por la legalización del aborto llegó a Quito. En Ecuador el aborto es un delito, y las trabajadoras que interrumpen su embarazo lo hacen clandestinamente -a pesar del riesgo de muerte que ello conlleva- para evitar que se les impongan penas de prisión. Por ello, puede afirmarse que sobrevivir a un aborto es un privilegio de clase.
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